Nuestra historia

Gringa Swimwear nació de una mezcla de culturas, pasiones y sol. Fundada en 2020 por Lola Nonnot, la marca se inspira en el estilo de vida de las playas brasileñas, la elegancia francesa y la dulzura de las islas.

Lola nació en Bayona, en el suroeste de Francia, pero muy pronto se fue lejos. Con una mamá azafata y un papá apasionado por los deportes acuáticos, se mudó a Saint Martin, en el Caribe, con solo 4 años. Allí desarrolló su amor por el océano, la arena caliente y, por supuesto, los trajes de baño.

A los 10 años, la familia se mudó a Brasil, a Bahía. Allí descubrió una cultura completamente diferente del bikini: cortes escotados, coloridos, que celebran el cuerpo con naturalidad y confianza. Adoptó instantáneamente esos bikinis brasileños que usaría todos los días, en la playa y en casa.

Pero a los 15 años, Lola regresó al País Vasco para hacer su bachillerato. De vuelta en Francia, vivió un verdadero choque cultural: los trajes de baño escotados que adoraba eran casi imposibles de encontrar. Nació una frustración creciente y con ella, una idea comenzó a germinar.

Después de su bachillerato en ciencias en 2019, Lola decidió tomar un año sabático, entre Brasil y Saint Martin. Compartía su día a día en traje de baño en Instagram y recibía cada vez más mensajes de chicas francesas pidiéndole que les trajera esos bikinis brasileños tan bonitos.

Ahí es donde todo comenzó. Invirtió 1000 euros, encontró una costurera local en Bahía, hizo fabricar una primera mini colección y le dio el nombre de Gringa, una palabra usada en América Latina para referirse a los extranjeros. Es el apodo que sus amigos brasileños le daban con cariño, en referencia a sus orígenes franceses y neerlandeses, y hoy se ha convertido en el símbolo de una marca entre dos mundos.

De regreso en Biarritz en marzo de 2020, vendió todo su stock en 10 días. El éxito fue inmediato. Entendió que tenía algo especial. Aprovechó el primer confinamiento para estructurar su marca, desarrollar un sitio web y lanzar Gringa Swimwear oficialmente en el verano de 2020.

Desde entonces, Gringa crece. Cada colección se piensa entre Francia, Brasil, el Caribe y todos los demás destinos que Lola ha podido descubrir a lo largo de sus viajes, con cortes favorecedores, tejidos de calidad y una visión: crear trajes de baño para todas las chicas que quieren sentirse bellas, seguras y libres bajo el sol.